lunes, 13 de junio de 2011

EL individuo y el grupo



El individuo y el grupo



El ser humano, hombre o mujer, no vive solo: su vida se desarrolla en sociedad. En los hechos, la sociedad está integrada por grupos, pues frente a sus limitaciones, el individuo busca apoyarse en otro o en otros para buscar superarlas; en sus búsquedas encuentra diferentes grupos sociales de su interés y decide sumarse  sólo a aquellos que más respondan a sus necesidades, y en ellos, empieza a construir su identidad.

            Ya lo afirmaba Mijaíl Bajtín: “El otro es la primera realidad dada con la que nos encontramos en el mundo, cuyo centro naturalmente, es el yo, y todos los demás son otros para mí. El otro es la primera condición de la emergencia del sujeto que se dice “yo”. El otro me otorga la primera definición de mí, de mi cuerpo, de mi valor…”[1].

            Por lo tanto, el ser humano se construye y se define en grupo, el primero, la familia, después la escuela y, posteriormente en grupos más grandes, de ahí la importancia de definir grupo como  “un conjunto de dos o más personas cuyos miembros interactúan y buscan apoyarse unos a otros para satisfacer sus necesidades”[2]. De ahí que cada grupo tenga sus propios objetivos según las necesidades de sus integrantes. La existencia de objetivos, valores, actitudes y sentimientos compartidos, es otro rasgo esencial en la definición de grupo social. La cohesión del grupo depende del grado de aceptación de estos objetivos y valores que, con frecuencia, cristaliza en una simbología y una parafernalia ritual cuya función suele ser reforzar la conciencia de grupo y afirmar la vigencia de los valores y actitudes compartidas; en definitiva, reforzar la unidad e identidad del grupo; del mismo modo, se define como “una pluralidad de individuos que están en contacto unos con los otros, que tienen en cuenta su mutua existencia y la conciencia de que su meta tiene también mutua importancia”[3]. Así, podemos entender que el grupo es una unidad compuesta por dos o más personas que se encuentran en contacto con un propósito o meta, ya sea laboral, escolar, social, de pertenencia, entre otras. Los objetivos o metas del grupo y los apoyos que brinda a sus integrantes, van aportando elementos para la identidad de cada uno de sus integrantes, y al mismo tiempo, van conformando la identidad del mismo grupo.

            Cualquier grupo, sea familiar, escolar, religioso, filantrópico, requiere de un mínimo de cohesión interna para sostenerse. Dicha participación tiene como instrumento básico la comunicación. Grupo en el que no hay participación no logra conformarse como tal y corre el riego de desaparecer. Si no entendemos a la comunicación como un proceso que va de ida y vuelta estamos lejos de comprenderla. La falta de claridad en este sentido constituye, en el orden práctico, el origen de un gran numero de problemas de comunicación. Cuando nos colocamos –consciente  o inconscientemente- “de un solo lado” en nuestra relación con otros, cuando no estamos dispuestos a alternar los roles de emisor y receptor, garantizamos el fracaso de nuestro intento por comunicarnos

            Por otra parte, en todo grupo suelen destacar por su iniciativa, imaginación y creatividad, algunos de sus integrantes, éstos pueden desarrollar ciertos liderazgos indispensables en todo grupo si se saben llevar adecuadamente, en el sentido de que su ascendencia sobre los demás no debe inhibir la iniciativa, imaginación y creatividad de ninguno de los miembros del grupo.

            Asimismo, el conocer las experiencias previas que ha tenido la persona nos ayudará a determinar cómo será su reacción en el grupo. La claridad que tengan los miembros acerca de las metas grupales, los distintos aspectos, tales como la edad, el sexo, escolaridad, religión, estado civil, permitirá detectar la homogeneidad o heterogeneidad del grupo. El tipo de expectativas que acarrean al unirse al grupo, como sería el obtener prestigio mediante la filiación, hacer amigos, la necesidad de sentir aceptación por otras personas, el deseo de recibir o dar ayuda, son motivaciones qu le dan una estructura específica al grupo.

            Las estructuras grupales más estudiadas por los psicosociólogos son: autocrática, paternalista, laissez-faire y democrática. Enseguida algunas de sus particularidades:



Grupo autocrático
Grupo paternalista
Grupo laissez-faire
Grupo democrático
Los integrantes del grupo eligen un jefe, quien toma decisiones en su nombre e impide que los demás participen en ellas. El líder o jefe impone normas y manipula de manera sutil
El líder no es el único que toma decisiones pero acapara las más importantes. El líder defiende a su grupo de otros, los protege de caer en errores por lo que se siente dueño y en consecuencia impide a los miembros participar en sus decisiones.
Este grupo también recibe el nombre de permisivo ya que permite hacer cualquier cosa a sus integrantes, “todo vale” o “todo se puede”. Este tipo de grupo puede formar individuos con poca tolerancia a la frustración y poco control de la voluntad.
Todos los integrantes juegan un papel activo en los procesos de decisión, por lo que se trabaja igual en ausencia como en presencia del líder, por lo que es permisivo y acompañante, fomenta la participación de todos los miembros. La principal preocupación es el desarrollo o crecimiento pleno de las personas.



            Por lo tanto, lo más importante para el grupo el alcanzar las metas u objetivos, para lo cual se han diseñado redes de comunicación que permiten a los distintos miembros, interactuar. Se denomina red de comunicación al conjunto de posibilidades efectivas de comunicación entre los miembros de un grupo. Así, la tarea tiene dos sentidos: la meta y el proceso de actividad que realiza el grupo.



Comunicación grupal en los procesos sociales





            El ser humano, hombre o mujer, no vive solo: su vida se desarrolla en sociedad. En los hechos, la sociedad está integrada por grupos, pues frente a sus limitaciones, el individuo busca apoyarse en otro o en otros para buscar superarlas; en sus búsquedas encuentra diferentes grupos sociales de su interés y decide sumarse  sólo a aquellos que más respondan a sus necesidades, y en ellos, empieza a construir su identidad.

            Ya lo afirmaba Mijaíl Bajtín: “El otro es la primera realidad dada con la que nos encontramos en el mundo, cuyo centro naturalmente, es el yo, y todos los demás son otros para mí. El otro es la primera condición de la emergencia del sujeto que se dice “yo”. El otro me otorga la primera definición de mí, de mi cuerpo, de mi valor…”[4].

            Por lo tanto, el ser humano se construye y se define en grupo, el primero, la familia, después la escuela y, posteriormente en grupos más grandes, de ahí la importancia de definir grupo como  “un conjunto de dos o más personas cuyos miembros interactúan y buscan apoyarse unos a otros para satisfacer sus necesidades”[5]. De ahí que cada grupo tenga sus propios objetivos según las necesidades de sus integrantes. La existencia de objetivos, valores, actitudes y sentimientos compartidos, es otro rasgo esencial en la definición de grupo social. La cohesión del grupo depende del grado de aceptación de estos objetivos y valores que, con frecuencia, cristaliza en una simbología y una parafernalia ritual cuya función suele ser reforzar la conciencia de grupo y afirmar la vigencia de los valores y actitudes compartidas; en definitiva, reforzar la unidad e identidad del grupo; del mismo modo, se define como “una pluralidad de individuos que están en contacto unos con los otros, que tienen en cuenta su mutua existencia y la conciencia de que su meta tiene también mutua importancia”[6]. Así, podemos entender que el grupo es una unidad compuesta por dos o más personas que se encuentran en contacto con un propósito o meta, ya sea laboral, escolar, social, de pertenencia, entre otras. Los objetivos o metas del grupo y los apoyos que brinda a sus integrantes, van aportando elementos para la identidad de cada uno de sus integrantes, y al mismo tiempo, van conformando la identidad del mismo grupo.

            Cualquier grupo, sea familiar, escolar, religioso, filantrópico, requiere de un mínimo de cohesión interna para sostenerse. Dicha participación tiene como instrumento básico la comunicación. Grupo en el que no hay participación no logra conformarse como tal y corre el riego de desaparecer. Si no entendemos a la comunicación como un proceso que va de ida y vuelta estamos lejos de comprenderla. La falta de claridad en este sentido constituye, en el orden práctico, el origen de un gran numero de problemas de comunicación. Cuando nos colocamos –consciente  o inconscientemente- “de un solo lado” en nuestra relación con otros, cuando no estamos dispuestos a alternar los roles de emisor y receptor, garantizamos el fracaso de nuestro intento por comunicarnos

            Por otra parte, en todo grupo suelen destacar por su iniciativa, imaginación y creatividad, algunos de sus integrantes, éstos pueden desarrollar ciertos liderazgos indispensables en todo grupo si se saben llevar adecuadamente, en el sentido de que su ascendencia sobre los demás no debe inhibir la iniciativa, imaginación y creatividad de ninguno de los miembros del grupo.

            Asimismo, el conocer las experiencias previas que ha tenido la persona nos ayudará a determinar cómo será su reacción en el grupo. La claridad que tengan los miembros acerca de las metas grupales, los distintos aspectos, tales como la edad, el sexo, escolaridad, religión, estado civil, permitirá detectar la homogeneidad o heterogeneidad del grupo. El tipo de expectativas que acarrean al unirse al grupo, como sería el obtener prestigio mediante la filiación, hacer amigos, la necesidad de sentir aceptación por otras personas, el deseo de recibir o dar ayuda, son motivaciones qu le dan una estructura específica al grupo.



   Identidad, cohesión y objetivos de grupo.

            De esta manera, y frente a sus limitaciones, el individuo busca apoyarse en otro o en otros para buscar superarlas, tal es el caso de Robinson Crusoe o el personaje principal de la película Naúfrago, ambos crean un personaje Viernes; en el primer caso y Wilson en el segundo, para tener compañía, para hacer sociedad y para tener con quién comunicarse. En sus búsquedas encuentra diferentes grupos sociales de su interés y decide sumarse sólo a aquellos que más respondan a sus necesidades y en ellos empieza a construir su identidad. Así los miembros del grupo interactúan y buscan apoyarse unos a otros para satisfacer sus necesidades. De ahí que cada grupo tenga sus propios objetivos según las necesidades de sus integrantes; éstos también darán identidad en la medida que sean concretos, ajustados y claros. Es importante considerar con la disposición y cooperación entre los miembros del grupo, esto es lo que les da la cohesión interna.

            Asimismo, la comunicación es expresión de la participación de los individuos en su grupo, misma que puede ser intragrupal o intergrupal, es por ello, un factor importante para la cohesión y consolidación de cualquier grupo. En esta comunicación los grupos comparten experiencias, problemas, proyectos y hasta pueden planear acciones conjuntas. Sin embargo, más allá de sus beneficios sociales, los avances científicos y tecnológicos no siempre han propiciado una mayor y mejor comunicación en la sociedad, lo cual ha complicado las cosas a los individuos, a los colectivos y a las instituciones. Han aparecido las redes de comunicación entre múltiples y diferentes grupos sociales para preservar o reforzar el tejido social o para rehacerlo ahí donde se encuentra destejido. Éstas han servido para que los grupos amplíen sus horizontes, intercambien información pertinente sobre cuestiones sociales, políticas y culturales que les atañen e instrumenten  acciones comunes en beneficio de la respectiva comunidad.

           



[1] BAJTÍN, Yo también soy, p. 16, 17
[2] CORRAL,  Comunicación y vida, p. 119
[3] GONZÁLEZ, Interacción grupal, p. 32
[4] BAJTÍN, Yo también soy, p. 16, 17
[5] CORRAL,  Comunicación y vida, p. 119
[6] GONZÁLEZ, Interacción grupal, p. 32

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